Cuando la locura se vuelve realidad…
En el año 2017, retorné de Italia.
Tuve la oportunidad de realizar mis estudios de especialización en un “pueblito” del norte llamado Reggio Emilia.
Al volver, observé la metodología de la educación de mi país y comprendí que no podíamos continuar con métodos tan obsoletos.
Había un largo camino que recorrer.
Y decidí dar el primer paso.
“Se volvió loca”
Sí, así fue como me llamaron.
No sin razón. Implementé una serie de cambios profundos en “Los Olivos”.
Cambios que el pensamiento tradicional no comprendía, ni ha comprendido hasta ahora.
Para empezar, comencé por quitar los pizarrones, eliminar bancos, mesas y sillas de las aulas, hasta incluso, prescindí de las aulas para llevar a cabo las clases con mis niños.
No me extraña que esto haya sido visto como toda una locura para quienes hacemos educación.
Hasta ese punto, y a pesar de las dudas que generó mi actuar dentro de la escuela, era llevadero.
Pero un cambio muy profundo estaba por venir.
Y todo empezó a temblar…
“¡No puedo más!”
Esa fue la frase más repetida por la gran mayoría de mi equipo. Realmente me creían loca.
La transformación era total
Los Olivos dio un giro de 180 grados y como en todo proceso de cambio existe resistencia, me encontré con mucha, muchísima resistencia al cambio.
Una transformación profunda requería cambiar nuestra mirada, un cambio de mentalidad a toda regla y mucho trabajo de investigación, capacitación y cuestionamiento.
Si la visión es adecuada, el fruto del cambio y todo el arduo trabajo que implica, rinde sus frutos
Sé que suele ser más fácil continuar con lo establecido y no arriesgarse a lo nuevo… pero si la visión es adecuada, el fruto del cambio y todo el arduo trabajo que implica, rinde sus frutos.
Muchas de mis docentes no estaban preparadas en ese momento para adoptar este embate de labores hacia una nueva educación. No las culpo. El trabajo es apoteósico.
Con quienes se midieron al desafío, continué el camino. Una tribu de guerreras y guerreros que se embarcaron en una aventura que nos llevó a Bogotá, Cali Colombia y hasta a Lima, pero lo más importante, es que nos llevó a romper viejos paradigmas.
Todo empezó desde nuestro interior: Cuestionándonos.
Nos preguntamos: ¿Cuál es la mirada que tenemos de la infancia?
¿Son los niñ@s solo pequeños humanos que no saben? ¿Que no entienden? ¿Que no sienten?
¿Les debemos preparar para pasar a ser adultos, llenándoles de conocimiento, fechas, fórmulas, memorización y trabajo mecánico?
Porque así es como la educación tradicional nos dicta que lo debemos hacer…
No es lo adecuado.
Fue solo cuando cambiamos nuestra perspectiva, que comenzamos ya no a enseñar, sino a acompañar a nuestros niños, pequeños-grandes seres humanos.
Todo evolucionó en una propuesta educativa holística (un todo) en un enfoque trino de desarrollo de los niños: mente, cuerpo y espíritu. Y en una metodología que en verdad revolucionó la manera en que nuestros niños aprenden.
La locura, empezaba a tomar la forma del sueño
¡A capacitarnos todos!
Viajé con mi equipo hacia Bogotá, Cali Colombia, Lima Perú, e internamente para que adquirieran las herramientas y las aplicaran en su práctica docente…
Desde ahí, la locura, o mejor dicho, el sueño, se convirtió en una hermosa realidad que ha beneficiado a nuestros niños y sus familias.
¿El resultado?
Nuestros niños comenzaron a florecer de maneras que no habíamos visto ni conocido antes. Su expresión creativa, su manera de pensar y resolver desafíos se volvió sorprendente y maravillosa. Hasta hoy nos asombran y enseñan por su potencial, su curiosidad y su autenticidad al disfrutar su infancia.
Esta educación, sí que ha cambiado su vida
Ya no necesitamos aulas cerradas para enseñar, la naturaleza se convirtió en nuestro espacio de trabajo.
Ya no es necesario memorizar, nuestros niños se convirtieron en investigadores, en exploradores.
Ya no habría órdenes por obedecer. Ahora nuestros niños son parte activa de su aprendizaje, sus juegos y lo hacen de manera ordenada, respetando su turno, colaborando.
¿Cómo es que hacen cosas tan geniales y creativas en Los Olivos?
Nos empezaron a preguntar otros amigos y docentes: ¡eso se vé increíble!, ¿cómo lo están logrando?
No voy a guardar el secreto.
La clave está en que son los niños quienes guían su propio proceso de aprendizaje.
Y yo me pregunto, ¿Quién es más genial y creativo que un niñ@?
Debido a que esta manera de hacer educación despertó la imaginación y la autenticidad de nuestros niños, decidimos capacitar a docentes e instituciones en todo el país para que pudieran inspirarse y aplicar estas ideas en su práctica diaria con sus estudiantes.
Hemos compartido con gente de todo el mundo y seguimos compartiendo conocimiento con todos quienes tienen este llamado por vocación de hacer una educación de vanguardia y humana.
Este no es un método, es una filosofía educativa, que tiene otra mirada. Una nueva y más acertada perspectiva de la infancia. Lo hemos aplicado y vivido desde hace más de 6 años
Hoy, percibo un pequeño aire de cambio en la educación del Ecuador y me siento muy agradecida por ser parte pionera de esta tan necesitada corriente.
Reconozco y felicito la gestión de la Ministra @mariabrownperez María Brown.
Habrá resistencia, pero la animo a que no se detenga y que continúe abriendo puertas para que Ecuador tenga una educación más consciente.
El cambio en educación nos llevará a otro nivel como nación.
Estas noticias me llenan de alegría y me impulsan a seguir trabajando por mis niños de Los Olivos Kids.
La locura, se volvió realidad.
Soy Educadora, Innovadora y Coach
Especialista en Neuro-Educación y Crianza Consciente
NLP Master Practitioner
Especializada en Pedagogías y Filosofías de Educación Activa
Reggio Emilia | Waldorf | Emmi Pikler
Facilitadora Círculo de Mujeres